Cuatro competidores oficiales, un mismo objetivo: convertirse en el Presidente de los Estados Unidos Mexicanos. La espera terminó y finalmente dieron inicio de manera oficial las campañas electorales, por lo que a partir del 30 de marzo y hasta el 27 de junio, los candidatos recorrerán todo el país, acercándose a los electores para responder por qué sus propuestas son mejores que ninguna otra y por qué son la opción que México necesita.
Recordemos que Ricardo Anaya, José Antonio Meade y Andrés Manuel López Obrador ya eran precandidatos de sus respectivas coaliciones desde el año pasado, pero recientemente se sumó un nombre más a la boleta electoral: Margarita Zavala, quien logró reunir las firmas de apoyo válidas necesarias para obtener su registro como candidata independiente, dejando atrás a sus rivales políticos, Armando Ríos Piter y Jaime Rodríguez -quienes a pesar de haber obtenido el número de apoyos necesarios en al menos 17 estados del país, les fueron invalidadas un numero elevado de firmas, por lo que no obtuvieron su registro como independientes-. Así, desde su aprobación en 2014, por primera vez en el Proceso Electoral Federal 2017-2018, una candidata independiente aparecerá en la boleta electoral para ser una opción más para los electores que elegirán al próximo Presidente de México.
18, 311 cargos de elección popular serán renovados el 1º de julio
A lo largo de las semanas que he tenido la oportunidad de escribir para este público, he mencionado en algunas ocasiones que estas elecciones son consideradas como históricas por diversos motivos y es momento de ahondar en ello. De acuerdo con el INE, el próximo 1 de julio se renovarán un total de 18, 311 cargos de elección popular, siendo la primera vez que se eligen un número tan alto de cargos; a ello, debemos añadir el hecho de que con la reforma político electoral de 2014, se le dotó al INE de nuevas atribuciones, entre las que destaca el hecho de que será el encargado de organizar a nivel nacional dicho proceso, ayudándose de los institutos estatales electorales (ahora OPLES), pero dejando a éstos ya no en un papel protagonista.
Otra de las razones que podemos considerar importantes, es el número de electores en la lista nominal, donde se sabe que 89 millones de ciudadanos están en posibilidad de emitir su voto, lo que los lleva también a pensar en las altas cifras de votos nulos que elección tras elección arrojan los institutos electorales. Es cierto que se trata del número más alto de electores registrados, pero también lidiamos con una ciudadanía desencantada con los partidos, las instituciones electorales y con la democracia misma, por lo que se debe hacer algo nuevo para que toda esa población se interese en el proceso y crea en él.
La Cambridge Analytica
La polémica reelección permitida para alcances, diputados y senadores; el número de jóvenes que votarán por primera vez el próximo 1 de julio; los escándalos de la firma británica Cambridge Analytica y los candidatos independientes que no son tan independientes pues han pertenecido a algún partido político e incluso han ocupado cargos de elección popular bajo su militancia -hay casos que se ganaron con toda justicia el registro como independientes, pero de ellos hablaré en otra ocasión- son algunos de los temas que están sobre la mesa de debate y con los que podríamos llevarnos días discutiendo y posiblemente concordaríamos en pocos de ellos -porque así de maravilloso es hablar y estudiar la política-.
Nos encontramos en un momento crucial para la historia de nuestro país, pero no porque el candidato ganador vaya a ser el más joven o aquel que no es militante, ni el que ha competido en tres procesos diferentes o aquella primera mujer candidata independiente, sino porque así lo exige la historia, el espacio público, el contexto internacional y hasta nuestro día a día; el país necesita que esa pasividad con la que muchas veces los mexicanos somos juzgados quede de lado y no solo el 1 de julio, sino todos los días, que nos involucremos en nuestro acontecer y no dejarnos guiar por frases como “¿para qué voto si ya todo está comprado?” o “si todos me van a robar igual, da lo mismo quién gane” o aquella que dice “hay que votar por el menos peor”.
Sí, es utópico, pero no es caer en un optimismo de libro de autoayuda, sino de generar conciencia de lo importante que es involucrarse, participar, conocer, decidir y cambiar ese chip pero en lo sencillo, lo cotidiano, pero que puede traer cambios a futuro y cambiar la historia.
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