Pedro Carrizales Becerra «El Mijis«, diputado electo del distrito 8 por la coalición «Juntos Haremos Historia» en el Estado de San Luis Potosí, respondió a las críticas vertidas en su contra, principalmente a través de redes sociales, relacionadas con su imagen y su pasado. ¿Se pude discriminar a alguien en función de su apariencia?
Al parecer, en México es una práctica común, ya que de acuerdo con el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (CONAPRED) el año pasado mil 142 expedientes de quejas y reclamaciones fueron presentados ante sus oficinas por presuntos actos de discriminación.
Entre las causas que detonaron la apertura de los expedientes calificados como presuntos actos de discriminación sobresalen:
- Discapacidad (247);
- Condición de salud (198);
- Apariencia física (159);
- Preferencia sexual (125);
- Embarazo (124); y
- Género (107).
La criminalización de la apariencia
En este contexto, el abanderado de Morena explicó que de confirmarse su triunfo en las urnas, tomando como base los resultados preliminares del PREP en este distrito, tomará protesta como diputado local. “Ya aguantamos los levantones, los golpes y todas las cosas que nos hicieron, he arriesgado mi vida por mi sueño e ideales”.
En tanto a la supuesta acusación de «disparar en contra de cuatro personas» (Sin embargo, 2018), el diputado electo explicó que fue absuelto de esa denuncia, pues la prueba de pólvora resultó negativa y además no se encontraron las supuestas armas con las que llevó a cabo dicho delito. “No hay antecedente penal en mí contra”, afrimó Carrizales.
Las aspiraciones de Pedro Carrizales
En este orden de ideas, el representante de la coalición PT-MORENA-PES dijo que de llegar al Legislativo continuará sus estudios, “no para saber cómo brincarme la ley, sino para saber aplicarla en beneficio de la ciudadanía”, aseguró.
Declaró también que de llegar al Congreso sería el primer diputado “chavo banda”:
Sí, soy chavo banda, a mucho orgullo”, dijo a los medios locales y pidió que no se le criminalice solo por la apariencia. “Soy un ciudadano cualquiera que vive las injusticias”, concluyó el morenista.
Recordemos que el principio de representación que impera en nuestra democracia (moderna) no privilegia a las personas «más y/o mejor preparadas» para el ejercicio público. De ser así, no se hablaría entonces de un democracia representativa, sino de una especia de tecnocracia y/o aristocracia (el gobierno de los notables).
La representación en nuestra democracia involucra a todos los sectores que, a su vez, poseen una serie amplia y muy variada de temas e intereses relevantes para las múltiples colectividades. Razón por la cual, el rechazo al «Mijis» resulta, además de clasista, deleznable y discriminatorio, un hecho que contraviene el mismo principio sobre el cual se funda nuestro sistema democrático de participación ciudadana y de acceso al poder político.
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