El espacio donde actualmente se está construyendo el Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) es técnicamente inviable, ya que es una zona de inundaciones y tendría un alto impacto ambiental, aseguró Sócrates Silverio Galicia, profesor investigador de la Universidad Autónoma de Chapingo (UACh).

En entrevista para #AristeguiEnvivo el académico de la UACh detalló que históricamente la zona es considerada como una de las regiones más «inundables» de la área metropolitana de la Ciudad de México. Un aspecto que se acentúa debido a que hay mucha agua y arcilla en el subsuelo.

Los suelos son altamente salinos por lo que corroen el concreto y el acero. Tenemos problemas con varios cerros, por ejemplo, en la pista 3 se tiene el cerro de Chiconautla, entonces se piensa cortar porque estorba al despegue y al aterrizaje de los aviones“.

En este sentido, el especialista de la UACh precisó que para extraer el agua que hay debajo de la construcción, “pusieron una capa de 12 metros de espesor de tezontle, que es ligero y absorbe la humedad, y encima otra capa de basalto, que es un material más pesado para comprimir el tezontle y el agua para obligarla a salir por unos tubos que ellos metieron debajo de esas capas porque eso está inundado”.

Otro inconveniente, apuntó, es que el Nuevo Aeropuerto estará en la zona del lago, donde hay acumulada una gran capa de arcillas.

Estudios geológicos de los años sesenta hablan de una capa de 40 metros aproximadamente de arcillas blandas, y éstas tienen el problema que magnifican los sismos. El terremoto del 19 de septiembre 1985 y del pasado en 2017 tiene que ver con esto.

El profesor-investigador de la UACh señaló que en zonas de Chalco, Iztapalapa y Tláhuac, que están cercanas a los lagos, “constantemente vemos fenómenos como socavones que se abren de la noche a la mañana por arte de magia o grietas profundas que se abren y parecen un misterio, pero todo tiene que ver con el desecamiento de agua y la extracción irracional de agua en los mantos freáticos”.

EP

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