El gobierno saliente de Enrique Peña Nieto, más allá de tener resultados impolutos en cuestión de seguridad, deja un país lleno de muertes y repleto de inseguridad, a pesar de su gran optimismo al siempre declarar que todo anda de maravilla en México.

La realidad, un tanto drástica, nos recuerda que la crisis no solo esta en nuestra mente, sino también en nuestras vidas, a diario; claro ejemplo de ello, es que el pasado mes de julio se registró como el mes más violento desde 1997, al tener 2 mil 599 homicidios dolosos.

Esta cifra no solo impacta, sino pone en alerta al gobierno entrante, el cuál, tendrá la labor de no solo hacer foros discursivos para la paz, sino acciones concretas para resolver el problema, siendo esperanzador la tentativa de legalizar las drogas, tratarlas como un problema de salud pública e ir más allá de perseguir a los grandes capos y perseguir el dinero de los mismos.

De forma lamentable, el imaginario del presidente configura “Peñalandia”, un constructo, lamentablemente imaginario, pero muy distante del México cotidiano, en donde es mas común hablar de muertes en vez de asombrarnos de las mismas.

Imagen: Twitter