En los últimos días, el Instituto Nacional Electoral (INE) se ha vanagloriado de haber conseguido un mayor número de legisladoras en la integración del H. Congreso de la Unión. Algo que, desde luego, es bastante loable pero que no necesariamente se traduce en beneficio real en el ejercicio del poder dentro de los órganos legislativos.
Las cifras positivas:
De los 500 legisladores que componen la Cámara de Diputados:
- 241 son mujeres; y,
- 259 hombres.
En el caso del Senado de la República, de los 128 legisladores:
- 63 son mujeres; y,
- 65 son hombres.
Una paridad histórica que, en la formalidad, deja ver que, en efecto, hay casi igual número de legisladores como legisladoras en el H. Congreso de la Unión.
La JUCOPO
Sin embargo, con la definición de los coordinadores parlamentarios en el Senado y la Cámara de Diputados, primer paso para la construcción de la Junta de Coordinación Política (JUCOPO), la instancia encargada de la definición de los temas que se abordarán a lo largo de la legislatura, las mujeres fueron excluidas.
Cámara de Diputados
Cámara de senadores
Esto deja ver que, en los espacios donde se toman las decisiones – donde se ejerce el poder mediante la negociación política- las mujeres fueron apartadas. En lo formal se cumple, en la realidad esto es completamente diferente.
Los símbolos de la violencia
En un artículo publicado por el diario El País, la investigadora del Instituto de Liderazgo Simone de Beauvoir, Ana Joaquina Ruiz, reconoce esta situación como uno de los principales problemas que prevalecen en la construcción de la «paridad» en el nivel legislativo.
Hay violencia política simbólica de no reconocimiento del papel de las mujeres en el Congreso. Además, no veo un cuestionamiento de parte de los legisladores y de los partidos políticos. Algunas de las legisladoras tienen trayectorias políticas más construidas que, incluso, algunos coordinadores de bancadas[…] las leyes mexicanas para asegurar la paridad en el Congreso han funcionado, pero que eso no ha obligado a los legisladores a actuar internamente con equidad. Hay un reconocimiento de que [las mujeres] somos la mitad de la población, pero falta la distribución real del poder.
La Mesa Directiva
Los coordinadores de bancada y la JUCOPO son un ejemplo del problema que subyace en el fondo de una reforma político-electoral que en 2014 fue diseñada para crear espacios de acceso al poder legislativo.
La Mesa Directiva también experimenta esta situación de discriminación en contra de las mujeres que únicamente ven su representación en el ámbito de la vicepresidencia y las secretarías. Lugares que funcionan más para la administración y organización de las ambas cámaras que para la toma real de decisiones.
Cámara de Diputados:
Cámara de Senadores:
La paridad, una simulación.
Si se toma como base los datos del principio de este breve artículo somos una de las democracias más «representativas» que existen a nivel mundial, con cerca del 50% de igualdad de condiciones entre hombres y mujeres. Albricias. Estamos para celebrar, como lo ha hecho el INE.
No obstante, si nos trasladamos a las raíces del Poder Legislativo, la situación cambia. Hoy las mujeres cumplen y dan fortaleza al argumento de la paridad citada por las autoridades electorales en detrimento de una discriminación institucionalizada. La paridad es una simulación que únicamente perpetúa el profundo, iracundo e irracional machismo que se vive en las principales organizaciones del Estado.
Es la discriminación que nos toca revelar.
Imagen: Commons
EP