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No, señor presidente

En días recientes, las redes sociales han enardecido por la candidatura de Félix Salgado Macedonio a la gubernatura de Guerrero ya que tiene denuncias por abuso sexual. La exigencia al retiro de su candidatura a Morena, ha sido por parte de grupos feministas, mujeres militantes del partido y de la sociedad en general.

Mucho se ha discutido sobre las acciones a tomar por parte del partido en gobierno, incluso se le ha pedido al presidente López Obrador que rompa el pacto con el sistema patriarcal y no permita dicha candidatura. Él, por su parte, ha manifestado en las mañaneras que son tiempos electorales, que en esta época siempre existen simulaciones por parte de grupos opositores, que hay que someter a encuestas lo que se denuncia, que en su gobierno (y partido) sí son “respetuosos de las mujeres, de todos los seres humanos”.

Como mujer, es doloroso no sólo tener que alzar la voz y denunciar cuando has sido agredida sexualmente; además, tienes que convencer a las autoridades que lo que dices es verdad. Es doloroso que el presidente del país, aquél en el que muchas mujeres depositamos la esperanza, reduzca y minimice lo que nos sucede por apoyar a un hombre colaborar cercano.

Por otro lado, reconozco que fui de las primeras en culpar a las mujeres militantes de Morena porque no entendía cómo podían seguir formando parte de un partido misógino y asumirse feministas. Pero me di cuenta que responsabilizarlas es seguir perpetuando la idea de que ellas, nosotras, siempre seremos las responsables de las acciones que comenten los hombres. Todo el tiempo nos estamos exigiendo entre nosotras mismas aun cuando no nos corresponde, en lugar de exigirles a ellos.

Además, en este camino en el que todas estamos aprendiendo, me he dado cuenta que es muy difícil poder separar la obra de su autor. Es decir, muchas de ellas confían en este gobierno encabezado por AMLO porque estamos hartas y hartos del daño de los sexenios anteriores que su indiferencia puede no ser la mayor preocupación.

Sin embargo, he leído la posición de algunas militantes sobre este caso. Muy pocas son las que han dicho que renunciarían al partido si no ceden con la candidatura de Salgado Macedonio; otras han dicho que seguirán trabajando y luchando desde dentro del partido, pero ¿qué es lo mejor? ¿Qué les toca hacer a ellas? ¿Tienen alguna obligación con las demás mujeres por asumir una postura política feminista? ¿Son morenistas o feministas primero? ¿Pueden ser ambas en este gobierno? ¿Ellas tienen qué hacer algo?

Uno de los pilares fundamentales de este movimiento es creerle siempre a la víctima, ¿no es suficiente que una mujer diga que Salgado Macedonio haya abusado de ella para simplemente quitarle la oportunidad de participar en cualquier proceso electoral?

En ese sentido, la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia de Morena, integrada por tres mujeres y dos hombres, no ha resuelto la viabilidad de esta candidatura. ¿Este comité realmente tiene competencias para tomar una decisión de este tipo? ¿Es acaso que ser feminista institucional deja de ser importante el creerle a la víctima en un primer momento hasta demostrar la veracidad? ¿Y qué pasa con la revictimización?

No le quitaré el mérito de que una de las integrantes haya sido quien exigió investigaciones y sigue haciéndolo, porque de estar conformado este comité de sólo hombres, estoy segura que no hubieran movido ni un dedo. Ya saben, el pacto patriarcal del que presidente no tenía idea y que apenas hace cinco días se enteró.

Como dije anteriormente, mi intención no es culparlas, pero sí me genera curiosidad saber si el presidente tiene razón al decir que su gobierno es justo con nosotras y qué tanto poder tienen sus funcionarias y militantes frente a las acciones perpetuadas por hombres del mismo partido. Si realmente las vías institucionales son suficientes para exigir justicia o se tienen que recurrir a movilizaciones en donde nuestras vidas se encuentren en riesgo como la de Yolitzin Jaime quien fue agredida físicamente por manifestarse en contra de la candidatura en Guerrero.

¿Cómo nos defendemos?

Quiero cerrar diciendo que no, señor presidente, no es un movimiento exportado, no estamos siendo manipuladas, estamos cansadas de tener que convencer a todo un sistema con todos sus actores de que no están siendo respetadas nuestras vidas.

Si lo hacemos “mediático”, si yo estoy escribiendo este texto, es porque necesitamos que nos escuchen y nos den justicia. No, no nos es suficiente que diga que está a favor de nosotras cuando un candidato violador puede llegar a la gubernatura de uno de los estados con mayor tasa de feminicidios en el país

No nos es suficiente que mujeres estén al frente de cargos indispensables en su gobierno, si ellas no van a ser escuchadas y tomadas en cuenta, si tienen que renunciar para ser visibles.

Personalmente, no me interesa si tiene problemas de conciencia o de si puede o no dormir estando al frente de un país feminicida. Me interesa que no tengamos que estar luchando por nuestras vidas, nuestros derechos, nuestra dignidad todo el tiempo, en todos lados.

Si aún así, decide llamarnos oposición, entonces lo somos porque vamos a seguir incomodando hasta que reconozca nuestra presencia y lo que exigimos: una vida libre sin violencia.

Imagen principal: Commons

EP

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